jueves, 8 de octubre de 2009

CAPÍTULO 11 - EL ÁRBOL

Estaba dando una vuelta por el parque que se sitúa cerca de las afueras, cuando me pareció ver una sombra, una sombra veloz, tan veloz que por un segundo pensé que no la había visto, que sólo fue una imaginación mía, pero no estaba tan loco; es más, creo esa sombra me quería guiar al campo de las afueras. En ese momento no tenía nada mejor que hacer, además, es un lugar tranquilo.

Ya había pasado media hora calurosa para cuando llegué al campo de las afueras.
Alucinante.
Fue el único adjetivo que se me ocurrió para lo que vi allí.
Llegados a este punto me siento obligado a contaros que en el pueblo no crecen los árboles, no hay ni un árbol. Debería haberlo contado antes, pero qué se le va a hacer, soy muy despistado… En fin, a lo que iba. Todo el mundo ha intentado durante muchos años que crezcan árboles, pero nada. Nunca crecen árboles, y menos en las afueras donde la tierra no es fértil, césped y flores sí, pero no árboles. Nunca nadie supo porqué, pero creo que tiene que ver con el campo de las afueras y con la niebla...
Estoy seguro de que ya habréis adivinado qué fue lo que vi en aquel lugar tranquilo.
Un árbol.
Pero no un árbol cualquiera. No. Estaba plantado en medio del campo, justo donde muere dicho campo y nace la niebla.
Era un árbol aterrador, sin hojas. Mediría poco más de diez metros. No era demasiado grueso para ser un árbol de semejante tamaño. Aunque he de decir que a pesar de ser tétrico tenía cierta belleza y hermosura, como si le rodeara un aura. Así que enseguida me pareció un lugar relajante y tranquilo para descansar. Me tumbé apoyado en la corteza del árbol, mirando el cielo despejado y luminoso, comencé a preguntarme porqué de repente había crecido un árbol justamente en ese específico lugar. Era demasiada casualidad que creciera donde... donde... en fin, ustedes saben, donde supuestamente está enterrada mi Lucy. No, la vida me ha demostrado que las casualidades no existen. De una forma u otra creo que ese árbol es Lucy. Con esa idea en la cabeza cogí cariño al árbol, me agazapé bajo su sombra (que no era poca) y caí dormido.
Soñé con el colegio, con mis padres, con Chris, pero sobre todo con Lucy. Ella estaba viva, sí, no sé cómo, pero estaba viva, creo que el árbol la mantenía con vida.

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