miércoles, 20 de mayo de 2009

Capítulo 3 - Adios Chris

«1º-Bach: Le conté a Chris mi plan. Me dijo, muy borde, que hiciera lo que me diera la gana. Me sorprendió su reacción porque le necesitaba plenamente:
-¿Qué te pasa, amigo?- le pregunté.
-¿Que qué me pasa? ¡¿QUE QUÉ ME PASA?!- sus ojos relampaguearon en los míos, nunca le había visto así de furioso y yo seguía sin entender- ¡Gran pregunta, genio! ¿Se te olvidó el teléfono este verano? ¿Eso es lo que me dirás? ¿O vas a ser valiente y decirme que me as cambiado por tus amigos populares? ¡¿Eh?! ¡Venga! ¡SE UN HOMBRE Y DÍMELO A LA CARA! ¡¡¡VAMOS!!!- empezó e empujarme y a gritar más.
Chris dio las cosas por hecho, es cierto que me olvidé de una cosa: Avisarle de que me iba de vacaciones con mis padres todo el verano. Pero no de él, nunca; me sentí muy molesto al ver que había pensado tan mal de mí. Fue como si no nos conociéramos.
En ese momento de tensión sólo pensé (si a eso se llama pensar) en hacerle daño:
-¿A sí? ¿En serio quieres que te lo diga? ¡¿En serio?! ¡PUES SÍ! ¡Este año pasé de llamarte!- exclamé. Le devolví todos los empujones hasta el punto de tirarle al suelo- ¡¿Y quieres saber porqué?! ¡Porque no estás a mi altura! Nunca serás como yo. Nadie te conoce, eres invisible ¿Como iba a querer yo ser amigo tuyo? ¡PORQUE SOY MEJOR QUE TÚ!- le grité sin pensar.
Porque sé que fue sin pensar, porque SÉ que si lo hubiera pensado y meditado mejor nunca le habría dicho todo eso.

Dejé a mi amigo ahí tirado. El no esperaba que reaccionara así y yo nunca habría esperado que él pensara tan mal de mí. Sentí como si me hubiera traicionado. Yo necesitaba su apoyo para mi plan, necesitaba un amigo que me entendiera, un amigo que me ayudara a sobrellevarlo, un amigo que me dijera: “¡Hey! Es una buena idea. Estoy contigo”, un amigo que confiara en mí. Él ya no lo era. Nuestra amistad al igual que mi plan, como un espejo frágil que cae, se rompieron, PARA SIEMPRE.

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